Por esas casualidades de la vida me acercaron el disco Paisajes de PÁJARO. Te voy a ser sincero mejor, la verdad es que no creo en las casualidades y si me llegó este disco es por algo. Me tenía que llegar a mí justo ese día. Es más, me acuerdo la fecha y todo porque quedé como en un estadio de elevación. Fue el 6 de noviembre del 2019. Me preparé física y mentalmente para el encuentro con el disco. Toda una ceremonia. Calenté la pava. Le puse yerba al mate y me hice un sambuchito de tomatitos y rúcula (ahora la RAE me deja decir sambuchito). Me senté en la punta de la cama y apreté el botoncito de darle al play. Esta es la parte en que tenés que prestar atención. Todo lo anterior no importa. Acá te voy a contar la comunión que se gestó entre el disco y mi ser.
Fue una experiencia particular. Distinta a las demás. Ni bien arrancó el disco me teletransporté a los años 70. Lo vi a Rick Wakeman, a King Crimson, entre otros. También llegué luego a la Argentina de Aquelarre y de La máquina de hacer pájaros. Te digo más, en algún momento de este viaje llegué a oler a los Deep Purple. Todo un delirio lo que te estoy contando pero te juro que es verdad. Tal vez exagere un poquito. Tal vez. Igual todo esto que te cuento no es culpa mía. Es culpa de los estupefacientes que brinda PÁJARO con su disco. Cuando lo escuches, lo vas a entender. Una orquestación hecha y derecha del rock progresivo. Las violas afiladas al punto de querer bailar moviendo los pelos al viento. El bajo que ilumina y guía a todo esta orquesta. Los teclados del más allá, que parecen llegar de épocas futuras. La batería firme marcando todos los cortes que te generan un “noséqué” en el pecho. PÁJARO es creador de paisajes, como lo dice el título de su primer álbum.
“Milanga en DO” me llevó a pensarme cómo me compraba medio kilo de nalga en la carnicería. Todo esto en cámara lenta. “La calesita” es otra composición que me sorprendió. Es una especie de oasis entre tanto progresismo. ¿Llegaron acaso los aires de Acá seca trío? Estos chicos hacen todo espectacularmente bien, hasta sus letras: “No está mal dejar la mente flotar y no ver al tiempo pasar…”.
El último tema es una especie de ceremonia o rito antiguo en donde progresivamente vas adentrándote o mejor dicho entregándote a las melodías del pibe Jean Chatburn y Manuel del Molino Torres. Mientras tanto la banda te hace sentirte en un limbo.
Si después de todo lo que hable de este disco, no corrés a escucharlo por el iutube o el spotifay, sos alto banana. Lo único que me queda por decir sobre la banda es: se suenan todos, chinberguenchas.
Ficha técnica
Pájaro es una banda oriunda del barrio de Victoria y tocan desde el 2016 con la misma formación. Ellos son:
– Manuel Del Molino Torres: bajo y voz
– Marcos Del Molino torres: teclados
– Sean Chatburn: guitarra y voz
– Agustín Ruiu: guitarra
– Fermín Rodriguez Del Castillo: batería
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