FOTOGRAFÍAS DEL GOCE – FACUNDO NÍVOLO

Texto: Héctor Serres

Conversa: H.S. y G. Z.

Fotografías: Guido Zappa 

Las búsquedas pueden llevar años, darle forma a una obra también. Facundo Nívolo es fotógrafo y periodista. Hace más de seis veranos que va con una cámara a Mar del Plata en lo que hoy define como un ensayo por el derecho al goce. Esa búsqueda se llama Proyecto Mar del Plata, una obra fotográfica, audiovisual y escrita sobre el disfrute de las familias laburantes.

Facundo nació en Loma Hermosa, San Martín, y ya lleva más de dieciocho años en la fotografía documental. Una foto y una tragedia lo marcaron e impulsaron a que se expresara a través de las fotografías. Cuando todavía iba a la secundaria, le robaron una cámara que tenía una foto importante. Lloró y experimentó por primera vez lo que es no poder estar sin una cámara. En 2004 estuvo en Cromañón, en donde perdió a un amigo. «PosCromañón la fotografía fue todo durante muchos años», nos contó durante la conversa que tuvimos una tarde calurosa de noviembre. Nos encontramos en Tiempos Modernos para abordar algunas de sus últimas obras fotográficas (Proyecto Mar del Plata, Proyecto Familias y Te lo juro semilla). La conversa nos llevó a los pasos y dudas que pueden aparecer cuando encarás una obra de largo aliento, a la libertad de formar familias como querramos, al privilegio de presenciar un parto o la toma y fundación de un barrio y al periodismo de cercanía como antídoto.

Desde hace varios años llevás adelante una obra. ¿Qué es Proyecto Mar del Plata?

Toda la costa atlántica tiene como una mística noventosa y Mar del Plata particularmente tiene mucho componente de gente grande. Me gusta ver a la gente grande, a las familias, los laburantes que se van de vacaciones, el vendedor de churros que después se saca la remera y se queda bailando en la rambla cuando terminó de laburar. Desde 2018 que me gastó una vacación, por lo menos, en quedarme en Mar del Plata y flashearla. Y en el medio veinte mil millones de frustraciones, de no saber para qué es, de que no me guste mi laburo. Fundamentalmente, mi mayor preocupación es: no sé para qué es, por qué estoy gastando toda esta plata, pero cuando dije Ya fue y lo empecé a largar todo en redes, la repercusión fue muy buena, a la gente le gustó mucho y ahí empecé a hacer un balance. Capaz que estaba bien igual algo y no tengo que esperar que se resuelva tan rápido. Ni que se resuelva. Me gusta y punto.

Hasta ahora es playa, sobre todo, y costanera.

Sí, tengo más pero a la hora de editar hay una cosa medio fina de la estética que me gusta, esa forma de la luz y, de hecho, hasta me arriesgaría a decir que no hay muchas luces. No hay muchas fotos con el cielo nublado, por ejemplo. Es un momento específico de la luz. Luz natural, luz de sol y hasta tengo los horarios en los que voy.

Proyecto Mar del Plata tiene sombrillas, gente mayor, cuerpos fragmentados, espaldas, piel, transpiración; también baile. Hay videos y textos que son parte de la obra. Mar del Plata no es solamente un proyecto fotográfico.

Claro, es multimedia, porque las primeras veces me encontraba jugando y ese carácter lúdico de golpe: Uy, las cámaras Reflex filman. Es un juego y me gustó, porque hay cosas que aparecen en los videos (la música, el clima) que no se pueden resolver con la fotografía. 

Elegí una foto de Proyecto Mar del Plata.

La de la espalda de un flaco con su hijita. Me encanta, me parece tiernísima. Expresa eso: la vacación con la familia.

Fotografía de Proyecto Mar del Plata.

Proyecto Mar del Plata ganó una beca del Ministerio de Cultura de la Nación. ¿Un premio te hace darle sentido? ¿Qué te da un premio, además del dinero?

Sí, no es solo eso. Sí, te da la plata, pero si no estuviera la plata igual el reconocimiento está re bueno, porque a veces es lo único que tenés. Por eso está bueno que las instituciones se abran, porque a veces vos producís tu obra y lo único que tenés es alguien te diga Que bueno que está, no hay nada más. Y cuando una institución te reconoce, uno se puede hacer mucho el punk pero está bueno igual. Yo se lo muestro a mi mamá, a mi tía y me felicitan, ¿entendés? Qué sé yo. Y lo de la guita está bueno. Me resuelve el 50% de los gastos del laburo. Era plata que iba toda de mi bolsillo y que en vez de irme de vacaciones a otro lado… Imaginate que estás saliendo con un tipo que siempre se va a Mar del Plata. Es una cosa medio frustrante para una pareja.

¿Podrías hacer ese mismo laburo en Pinamar?

Sería otro.

Sí, ¿pero te interesaría? ¿No hay nada que te pueda interesar de ese universo?

Creo que no, me interesan más las playas más populares, porque hay más diversidad. O flasheo, capaz que debería estar en Pinamar un tiempo pero me parece que tiene mucha diversidad Mar del Plata. Mar del Plata lo incorpora todo: la clase media, las clases populares, la gente discapacitada, muchos viejos, la gente grande. Y eso está buenísimo, ver la gente grande en bolas. Me da libertad. Una persona que tiene complejo con su cuerpo y está rodeado de viejos: Joya, se saca la remera y no tiene drama. En cambio, por ahí en otras playas…

¿Podrías definir sobre qué habla Proyecto Mar del Plata?

Para mí, una cosa es lo que yo puedo decir hacia afuera y otra para adentro. Para afuera, es el derecho al goce, el acceso a una vida de disfrute. Irse a la costa atlántica para la familia laburante argentina es el clásico. Si no hay eso, no nos queda nada. Es un poco una crítica económica encubierta de alguna manera. Esto es lo que hay que defender cueste lo que cueste. Si no tenemos una vida donde podemos hacer esto, ¿qué nos queda? Ni siquiera estamos hablando que me voy a Punta del Este, ni viaje a Europa ni nada. Es lo más básico que hay. Si no me puedo ir a Mar de Plata, tomar un micro y llevar a mis tres pibes desde Varela hasta Mar del Plata, no me queda nada. Soy un esclavo.

Y hacía adentro, veo el espejo de mi familia. Una vez sola nos fuimos con mi papá, mi mamá y mis hermanas a Las Toninas. Mi viejo laburaba en obras (falleció hace cuatro meses). Esa vez mi papá nos dejó y se fue a laburar. De siete días de vacaciones mi papá estuvo dos, así que es como un anhelo. Yo veo a esas familias y es como una pequeña revancha. Es un homenaje al goce de las familias laburantes.

Y una familia nos lleva a otras. Con Proyecto Familias ganaste el Fondo Nacional de las Artes. ¿De qué habla Proyecto Familias?

Habla de la libertad de formar familia como querramos. Sacarnos de la lógica del vínculo sanguíneo o estatal. Tener la libertad de admitir que somos familia aunque no tengamos vínculo de sangre.

¿Elegís una foto?

La de unas compañeras travas de San Martín, que son El teje. Una organización travesti trans de San Martín. Cuando empecé a circular por grupos de WhatsApp que estaba haciendo retratos de familias, Paola, la referenta de la organización, me dijo: “Quiero que vengas a sacarnos fotos a las compañeras trans de El Teje porque nosotras somos familia”. Y cuando fui hacer el retrato, les pregunté qué era lo que las había convertido en una familia. “La calle”, me dijeron.

El proyecto incluye cualquier tipo de familias. ¿Qué otras familias hay?

Hay una foto que no saqué, porque a la familia le terminó movilizando mucho, que es una hija de desaparecidos. Cuando publiqué en las redes, me dijo por privado que yo había sacado la foto del juicio donde lo enjuiciaban al genocida que desapareció a sus abuelos y a su mamá. Un juicio en Tribunales de San Martín. Y me dijo: “Quiero que me saques una foto con mi abuela y los retratos de mi papá y mamá”. Después vino la pandemia, no pude hacerlo y, en el momento en que quise volver, ella me dijo que estaba muy sensible con el tema y que no podía. Esa foto no la pude sacar todavía, pero obviamente la entiendo.

Otro proyecto que concretaste en 2021 fue Te juro semilla. Una muestra sobre luchas sociales y derechos humanos.

Se expuso en el Museo Carnacini, que es como la galería más copada de San Martín.

¿De qué iba la muestra?

Fotoperiodismo duro. Fue una muestra que la hice para llamar la atención del progresismo. Iba de derechos humanos del siglo XXI. Hasta el año 2014, que cerró Infojus Noticias cuando ganó Macri, laburaba full fotoperiodismo y estaba atrás de cualquier lucha social. Me mandaban por el medio o me mandaba solo. Del 2004 hasta el 2014 más o menos mi militancia era con la cámara. Entonces, recopilé las fotos que más me gustaban.

Elegí una foto de Te lo juro semilla. Vi varias de Julio López.

Voy a elegir un par. La muestra la pensé políticamente. Pensé que me servía políticamente para el mundo del peronismo, del progresismo, como que me subía el precio, pero en realidad también me pasaron cosas re lindas en todo ese tiempo. El laburo de López tuvo bocha de repercusión. Me robaron las fotos de todos lados, todas las organizaciones políticas. La vi publicada en miles de lugares, firmada por el MST, el Partido Obrero.

¿Cuál?, ¿la de la Abuela con…?

Con el fuego. Me pasó algo muy lindo con esa foto. En primer plano aparece una Madre de Plaza de Mayo que se llama María Esther Biscayart, que era una Madre medio anarco fundadora. Cuando falleció, hace un par de años, me mandaron mensajes de algunas organizaciones medio anarquistas. Era de La Plata la Madre. Me habló una mina de La Plata random agradeciéndome porque era la última foto de ella. Me puse contento. Y el laburo de López me gustó mucho. Tenía veinticuatro años. Me fui a La Plata. Me gustó mucho, porque me puse una idea en la cabeza de que lo iba a encontrar. Entonces, había recapitulado los hechos y caminaba las calles donde el chabón vivía, donde se lo vio por última vez. Caminé mucho por La Plata, que yo no conocía, y estuvo bueno eso. Salió algo diferente de eso. En los laburos en los que te comprometés aunque sea con el corazón sale algo diferente.

María Esther Biscayart de Tello.

¿Ahí estabas solo o era para algún medio?

Solo. Poquito, cuatro, cinco meses. Pará que te cuento de otra foto. Hay una foto que es un chabón poniendo una sábana sobre cuatro postes, que era la toma de un barrio.

¿Amarilla?

Amarilla. Y era el momento fundante de un barrio. Eso para mí es re flashero. En ese momento había visto en internet que había un quilombo con unas tierras. Me fui a Alejandro Korn, que de mi casa eran 2 horas, no sé cuánto más, 2 horas y media. Tren a Retiro, subte, tren y después patear a lo desconocido. No sé con qué me iba a encontrar. Bueno, cuestión que me encontré con un montón de familias que estaban disputando unas tierras y finalmente la toma no se realiza, pero medio que me hago amigo. Pego buena onda. Pasan los días. Las fotos no eran la gran cosa y un día me llaman un sábado a las doce de la noche, sería 2010, y me dicen Facundo, mañana vamos a tomarla de verdad a las tierras. Queremos que vengas. Y dicho y hecho. Ponele que el horario de la toma fuera a las 6 de la mañana. Al otro día, 5 menos 20 me subí al primer tren del Belgrano y me fui a Alejandro Korn y, de hecho, las familias lotearon el terreno y lo tomaron todo. A mí me pareció muy interesante que me llamen a mí, o sea, el nivel de confianza que tenés que tener con alguien para saber que vas a cometer un delito y que esa persona que está ahí va a jugar para vos si pasa algo, como que me llamaron como resguardo. Sentí que algo estaba bien en eso.

Fotografía de Te lo juro semilla.

¿En ese momento estabas en pos de alguno de los medios que transitaste?

No. Era la época de la Red Nacional de Medios Alternativos, todos medios bien de izquierda, entonces todo se lo pasaba a AnredNoticias o Redeco. Esas cosas que tiene el periodismo están re buenas. En términos del privilegio de estar en situaciones que si no tuvieras la excusa del periodismo, no estarías. Re flashero. He sacado fotos en un parto y en la fundación de un barrio que se llama Barrio La Esperanza.

Que es ¿este barrio de Alejandro Korn?

Claro, que es el barrio de donde desaparece Tehuel después.

Está la idea de que después del 2001 los fotógrafos empezaron a estar del otro lado de la policía. El 2001 habilitó el cambio de la ubicación de los fotógrafos en las marchas, en las represiones, en distintas instancias en la que aparece policía, manifestantes y fotógrafes. ¿Vos lo viviste a partir de estar del otro lado de la policía?

Yo creo que sí, como que era el único lado que había. Nunca estaba del otro lado. Igual, yo pienso que quedó un poquito viejo eso. En el sentido de que ya hay tanta gente desde el mismo lado sacando fotos que hay que empezar a hacer otra cosa. Había que empezar a hacer otra cosa ya hace ocho años. Hay que profundizar, me parece. Volver al periodismo de largo aliento. Al encuentro más allá de la marcha, más allá de la escena armada. Me parece que ahí hay un déficit con el periodismo.

¿Qué cambió con las redes?

En algunos casos achanchó un poco al periodismo. Al de investigación lo achanchó un toque. A los medios hegemónicos y a los comunitarios también. Especialmente en los últimos tres, cuatro años.

¿A partir de la pandemia?

Sí, la pandemia nos terminó de meter una patada y de golpe en el siglo XXI.

¿La digitación o de qué forma?

Sí, nos sumergió en el mundo de la digitalización y de la desigualdad. Darnos cuenta que no salimos mejor de la pandemia es un hecho, el mundo está más desigual, los que más plata tenía más acumularon y nos sumergieron en una digitalización que no estábamos antes. Los dispositivos ya estaban pero nos metió de una manera brutal, aceleró el proceso. El siglo XXI empezó con la pandemia, antes no estábamos en el siglo XXI.

¿Y cómo se pueden usar a favor las redes o las imágenes?

Yo creo que tomándolas como una herramienta más, no como la herramienta absoluta. Tomar la noción de la transversalidad de las plataformas. Salir del piloto automático ahora que todo es digital y es redes. Mixturar. Generar los puentes y enriquecer el medio, las redes, como espacio con lo que siempre tuvo el periodismo: la investigación, el cara a cara…

La calle.

La calle. Encontrarnos y hablar cara a cara. Vos me podrías haber hecho la entrevista por un llamado, por un zoom o por un WhatsApp. Yo conozco periodistas que viven en el medio de un municipio y a los entrevistados le hacen la entrevista por WhatsApp. Es grave eso, es un problema. O medios que dicen que hacen periodismo y hacen placas. Entonces, una plantilla, un titular y una foto, parece que ya está.

Vos laburás en Zorzal diario de San Martín.

Más que nada como gestión, coordinación, no estoy produciendo mucho contenido.

¿El periodismo local cómo lo encaran desde Zorzal o vos personalmente como fotógrafo?

Para mí, en el periodismo de cercanía hay un antídoto para el mal de la desconexión de las instituciones con la gente. Hay un compañero que es sociólogo, Alex Roig, que dice que estamos en una crisis de hermenéutica de la sociedad, es decir, una crisis de todos los sistemas de representación y mediación de la sociedad. Eso quiere decir que la política que nos media a los ciudadanos con el Estado está en crisis. La gente sabe que la política está en un canal que muchas veces no tiene un pedo que ver con la gente; nadie cree en la justicia y los medios están en crisis también. ¿Por qué? Porque uno mira los medios y sabe: “Ah, este es kirchnerista, este es…”). Hay una crisis en general en los sistemas de interpretación. Yo creo que en la cercanía hay un antídoto. Esto no tiene nada que ver con las redes. No importa si vos el medio lo vas a imprimir, va a salir por la radio, va a ser un podcast, pero sí como que hay un exceso de mediación y, entonces, en ese exceso de mediación sin rigurosidad periodística podés cometer cosas muy terribles como replicar una noticia que no es.

Una fake new.

O equivocación. Puede ser fake new adrede o equivocación y eso lo vemos todo el tiempo. En los municipios y en los barrios periféricos de los municipios eso se ve un montón. Lugares adonde nunca nadie llega, entonces es toda una información tergiversada que hace mucho mal. En el periodismo local, de cercanía. Digo periodismo local pero podés laburar para un medio nacional e igual tener compromiso de cercanía. Yo creo que en el periodismo de cercanía y de largo plazo hay un antídoto para eso, para generar mejores interpretaciones de lo que nos pasa.

¿Cómo lo ponen en práctica en Zorzal?

A veces con éxito y a veces no.

¿En qué tipo de notas?

Tenemos el caso de Mariana Angélica Andrada en el que todos los medios (Infobae, etc.) con testimonio de la madre, terrible, le habían matado a la hija y cuando fuimos con Delfi, la compañera redactora, nos dimos cuenta que la mamá de María Angélica estaba muerta hace ocho años. O sea que era el testimonio de otro familiar. Estaban replicando una info recontra falsa. Todos: la Agencia Télam, Infobae, Clarín.

¿Y un caso positivo?

Me parece positivo que la hermana de Angélica no le levanten la voz muerta. Si habla, estamo en el horno. Positivos hay un montón. Todos los que tienen que ver con cuestiones solidarias, tienen mucho éxito. Y dentro de los casos que son denuncias, la familias dicen mucho: “Ustedes son los únicos que están” o “Ustedes son los que siempre están”. Eso se lo dicen mucho a Delfina Pedelacq, nuestra redactora de la temática de género. Ella va siempre. 

Otra cosa positiva que me encantó: un desalojo de una familia en Curita. En San Martín hay una crisis habitacional de la hostia. Yo estaba seguro que iban a reprimir, entonces digo: Voy yo. No le voy a decir a Maxi, que es otro compañero que tiene 23 años, porque es medio pibito, no da, lo van a cagar a palos. Voy yo que soy más viejo. Cuando llegué allá, Maxi ya estaba. Nuestro fotógrafo ya estaba ahí. Eso es muy bueno.

¿Es una foto que elegirías de Zorzal?

Sí, la foto es la entrega de nuestros cronistas. No hay fotos.

¿Podés recomendarnos qué fotógrafes podríamos conocer de San Martín o del conurbano norte?

No, primero voy a nombrar a las maestras. Graciela Iturbide, una fotógrafa mexicana, y Adriana Lestido, fotógrafa argentina de Mataderos. Las mejores fotógrafas del mundo, porque me parece que están conectadas con otras cosas. Muchas de sus fotos parecen sueños y cuando se logra eso hay algo. Siempre quise hacer esta analogía: ¿viste cuando Bob Marley canta algunas canciones que se queda colgado y es como que hace así (cierra los ojos) y después retoma? Como que está recibiendo data de otro lado.

Canta con los ojos cerrados todo el tiempo.

Claro. Parece que le están mandando data de otro lado. Bueno, las fotos de Graciela Iturbide y de Adriana Lestido muchas parecen extractos de sueños y parece una cosa que está más allá de lo que ven los fotógrafos comunes. Por eso me parece que están en otro nivel. Están los comunes y ellas en un plano un poco más arriba. Aparte son sudacas. Y me interpelan. Yo veo un retrato de Adriana Lestido en un libro que se llama Mujeres presas y en las cicatrices de las presas, en las marcas de la piel, yo veo las marcas de nuestra patria. Y veo las fotos de las tribus mexicanas que saca (Graciela), hay mucha comunidad indígena en México y es increíble. Entre esas dos mujeres fotógrafas es como un pedazo de América latina en imágenes.

¿Y fotógrafes del Conurbano norte?

Sí, primero voy a nombrar a mis amigos: Gastón Stark y Tamara Grinberg.

¿Por qué, más allá de que sean amigues?

Gastón porque quiere recrear otras realidades. Utiliza la fotografía para recrear otras cosas. Me parece super interesante, como recrear sueños pero de otra manera. Tamara porque es de San Martín, porque la dejás con un celular y te saca unas fotos increíbles, es re urbana, y tiene cositas ella también de una Adriana Lestido del siglo XXI.

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