
Hace un tiempo fuimos a Vinilo Laboratorio Artístico, ubicado en la calle Vilela, a pasitos de la estación de Tigre. Allí conocimos a Flor Schiappapietra y a Fernanda Fernández, dueñas del espacio. Entre picada, vinito y un vinilo de Survivor, nos contaron las historias que tienen en esas paredes que desbordan arte.
Texto y fotografías: Franco Lopez
¿De dónde sale el nombre de “Vinilo laboratorio artístico”?
Fernanda: Básicamente, porque nos gusta la analogía. Podemos decir que ese vínculo que tenemos está relacionado con el tango. A mí personalmente me gusta mucho ese contacto y es lo que dio origen a esto. Si bien no soy de la época de los discos, siempre los escuché. Ahora escucho música de antes. La que suena hoy en día no la tengo tan presente. Nos la pasamos escuchando esto (de fondo suena la banda Survivor en formato vinilo).
Nos gustan las movidas analógicas como el teatro, que es lo que hacemos.
Otra cosa para resaltar es que tenemos una biblioteca de VHS, super 8, tocadiscos y televisiones de tubo. Nuestra idea es poder reivindicar un poco todos esos valores que había. La modernidad esta buenísima pero está bueno, como dije antes, reivindicar esos valores que nos hicieron crecer.

Florencia: Yo conocí Vinilo y ya estaban todas esas cosas que nombró Fer. Un poco de eso que dice Fer es lo que pienso. Esto de tomarse el tiempo. Cuando hacemos el ciclo de VHS, nos encargamos de montar un videoclub como antes. Es todo un evento ir, elegir una película y, además de todo eso, no saber con qué te vas a encontrar.
Fernanda: Exacto. La esencia de Vinilo trata de ir al encuentro. Que sea un espacio de hogar. De despojarse de la tecnología.
Somos un laboratorio y estamos en una búsqueda constante. Por ese motivo somos Vinilo Laboratorio Artístico. Lo que se hace en un laboratorio es experimentar. Acá nos permitimos experimentar también. A veces nos traen propuestas extrañas pero nosotras damos el espacio para que el artista pueda experimentar su obra. Su flash. Esta buenísimo que sea en este lugar porque queremos que te sientas como en tu casa. También que la gente del barrio nos felicite o se sorprenda de las actividades que realizamos. Podemos un día hacer un festival de rap y otro por ahí un encuentro de super 8.
La gente que viene a Vinilo siempre nos dice que les gusta venir porque nunca saben con qué se van a sorprender; y eso les gusta mucho.


Vinilo es un espacio de mujeres, mejor dicho, hecho por mujeres, ¿no?
Florencia: No especialmente y no nos gusta que nos digan así. Simplemente hoy en día está sucediendo una dinámica en donde con las mujeres nos estamos entendiendo mejor. Nos acompañan Brian Arévalo, Clara Hecker, entre otres amigues.
¿Quiénes son Vinilo Laboratorio Artístico?
Fernanda: Las cebadas somos nosotras dos que estamos pensando siempre cosas nuevas para hacer. Queremos que exista la diversidad. Nos gusta que nos mezclemos con todas nuestras energías; tanto con las femeninas como con las masculinas. Lo bueno es compartir nuestras energías y compatibilizar. Lo cierto es que en este momento son dos mujeres que lideran el espacio pero no es solo de mujeres.
Florencia: Ahora estamos nosotras dos dirigiendo la gestión en general. Después hay una pata muy importante de Vinilo, que es la gastronómica, llevada adelante por Paz Lema. En la gestión del ciclo marciano, la tenemos a Clara Hecker. Lo estamos gestionando ella y yo. También, en el ciclo de VHS tenemos a Carina Passini, que nos está dando una mano. El año pasado también nos estuvo acompañando Tito Dallochio. Fue una parte importante para aprender sobre gestión, además que tiene un recorrido muy largo. Nos ayudó un montón y nos dio una mirada distinta para continuar.



Ustedes nos dicen que son unas cebadas. Por eso nos preguntamos, ¿qué las excita a las Vinilo?
Fernanda: Las dos tenemos un fuego ariano que nos impulsa un montón. Tenemos mucha pasión con el arte, con la cultura. También nos pasa que la mayoría de nuestras formaciones se hicieron en Capital. Cada vez que decidimos salir, siempre sale esto de ir a Capital. Es ahí cuando dijimos: “Pucha, acá hay un montón de artistas para ver”. ¿Cómo no abrir un espacio? De ahí sale el fuego que tenemos. Mucha gente nos comenta que les fascina venir caminando o en bicicleta. Es la cultura de barrio que se impulsa.
Florencia: A mí me pasa que soy re cebada y le doy para adelante. Obvio que comparto todo lo que dice Fernanda.
¿Siempre se llamó Vinilo Espacio artístico?
Fernanda: En un momento se llamaba Pina, dirigido por María Liz, allá por el 2014. Solamente estaba dirigido hacia la danza teatro. Entonces las movidas eran más cerradas. Era otra cosa. Había talleres, murga uruguaya y, como dije, mucha danza teatro. Después que ella se va, comenzó a llamarse Vinilo. Se comenzaron a dar solo talleres. Algunos de los talleres que se dictaban eran de piano, violín, yoga, danza contemporánea. Cada tanto se hacía alguna que otra jam de música. Nosotras, luego, comenzamos a activar las varietés. Y luego aparecieron todas las actividades que les fuimos nombrando como las Noches Marcianas, las jams, los encuentros de VHS, entre otras. También el ensamble de folklore y tango, en donde se puede venir a aprender a tocar el piano y el bandoneón.
¿Podrían elegir un lugar favorito de Vinilo?
Fernanda: Yo tengo dos. Uno es la caja negra, en donde realizamos nuestra obra (Embarcadas). En esta cajita negra generalmente realizamos obras de teatro. Este lugar me abriga actoralmente. Otro lugar que tengo como favorito es el piano, porque ahí realizamos el ensamble. Es otro lugar que tenemos como escenario. Nos fascina tener varios rincones para que la gente vea lo que sucede.
Florencia: A mí me gusta mucho el espacio del piano porque el público puede ver desde varios lugares y disfrutar de lo que sucede.

¿Dónde queda Vinilo?
En Vilela 1203, Tigre.
Busquen en las redes @viniloespacioartistico y ahí verán más de este gran espacio.