SENTIR GHIBLI – Graciela Cid Benitez

 

¿Conocés el Studio Ghibli? ¿Sos fan de sus películas?

Graciela Cid Benitez nos trae un recorrido por cuatro películas que, si las conocés, seguro te van a transportar a ese sentir… Y si no las conocés, te van a dar ganas de verlas…

 

 

 

 

 

Texto: Vale Lamat
Fotografías: Héctor Serres

 

 

 

 

Es domingo 19 de junio y en Bardearte se inaugura una nueva sala de exposiciones con la primera muestra individual de Graciela Cid Benitez.

La cita es a las cinco de la tarde, un hermoso horario para compartir el domingo.

Hay sol, el clima es cálido y las puertas del bar se abren.

La entrada, sus escaleras y murales; un portal arcoíris pintado por Graciela, como si ella misma -sin saber en el pasado- hubiera proyectado esa escena para bien/venirnos hoy en este viaje de emociones y sentires, de belleza y de colores.

Subo las escaleras atravesando el arcoíris, las flores, y la veo a ella.

Sobre la barra de la entrada del bar hay una serie de postales.

Elegí una”, me dice y me mira como jugando.

Yo las veo y me gustaría llevarme una de cada pero no: hay que elegir una. Finalmente, después de un tiempo de indecisión elijo una hermosa llamita de fuego de la película El castillo ambulante (una de mis favoritas) y a la que Graciela llama Un corazón es una pesada carga.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las postales de los cuadros son para que puedan guardar de recuerdo un pedacito de la peli”, comenta Graciela. Un gesto hermoso y divertido, pienso, mientras observo cómo las personas van llegando y eligen sus postales…

De fondo escucho el sonido de una película y la reconozco.

Miro por todas partes y a mi derecha, en la sala más grande, una pantalla está reproduciendo El viaje de Chihiro. Ese sonido abraza todo el bar.

Llega el momento de visitar la muestra y para eso me tomo mi tiempo.

A solas y acompañada del sonido, como invocando el sentir Ghibli, adentrándome al viaje que Graciela propone, atravieso la puerta de la sala y entro a este universo, un espacio que me abraza en afinidad y tranquilidad para sumergirme y viajar.

Quise generar momentos que te hagan recorrer, por eso tenía que haber mínimo cuatro cuadros de cada película. De la que más hice fue de El viaje de Chihiro y es porque la vi muchísimo. Solía ponerla de fondo y hacer cosas, escuchaba la música y en algún momento que me gustaba, la veía un rato y después seguía haciendo. Entonces se generó una cotidianeidad con esa peli específica que de pronto me hizo hacer más cuadritos de ella”, explica Graciela. Es que cuando se muda a Tigre, se encuentra a solas con su hijo con quien comienza a compartir las películas de Ghibli. Películas que inspiran el viaje del mural a la miniatura. De los muros del exterior en las calles al interior de su hogar. Una práctica que sostiene durante dos largos años de pandemia, dos años de sentires que afortunadamente parecen haber sido acompañados de estas películas tan bellas y emotivas: Sentir Ghibli.

Graciela nos adentra en su viaje y el resultado está a la vista de todxs en Bardearte.

Se trata de veintidós pinturas de cuatro películas de Estudio Ghibli: El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke, El castillo ambulante y La tumba de las luciérnagas.

Acrílico sobre bastidor. Miniaturas de 15x15cm. Pequeñísimo formato. Algunas más grandes llaman la atención. Un montaje cronológico, en secuencia, en relación a la aparición de la escena por la intención de que puedas ver la película si no la viste y si la viste, que puedas reconocer momentos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Elijo caminar hacia el frente y me encuentro con «El viaje de Chihiro».

El formato grande da comienzo con un rojo que pide atención:

«Kaonashi», la puerta que tiene que cruzar Chihiro cuando Kaonashi (sin cara) pierde el control. «Susuwatari, hollín hechizado». «Dios del río». «Nada de lo que sucede se olvida, aunque tú no puedas recordarlo». «¿Alguien o algo puede darte lo que más deseas?»

Los títulos de las obras, los momentos elegidos; me llevan a un recorrido de su recorrido único. Sentir melancólico y dulce. Los colores, la paleta que Graciela elige nuevamente me hace agua la boca.

Sigo y el viaje me lleva a reconocer a «La princesa Mononoke.» Qué azules maravillosos. Puedo sentir lo minucioso y profundo en cada miniatura:

«Ashitaka y Yakul», «Transformación del Dios ciervo en Caminante Nocturno, Moro y San». «Moro, Diosa Loba guardiana del Bosque», «Kodamas, espíritus de los bosques», entre otras.

De repente la ventana con vista a la calle Constitución se hace cuadro y paisaje. Parte del viaje que sigo hacia mi derecha y el formato grande y rojo profundo se hace presente nuevamente como anclando momentos.

Estamos a mitad del viaje: «La tumba de las luciérnagas». Qué película más triste, pienso.

Sigo la cronología, leo los títulos, me inmerso en las líneas y colores, y siento.

Sonrío cuando recuerdo el título de la muestra e imagino a Graciela pintando y pintando sin parar en su casita de Tigre.

«En el tren», látex y acrílico sobre bastidor, 40X60. «Asombro». «Seita y Setsuko». ¡Las luciérnagas! Mucha belleza. Esta peli la paso rápido porque me da tristeza.

«El castillo ambulante» cierra la serie de películas. De mis favoritas, sí. «Howl». «Sophie y Howl», «Howl no ugoku shiro». «Sophie y Calcifer». Y con esta imagen que, justamente es la postal que elegí, llego a la puerta que me vio entrar hace un rato y ahora me ve salir conmovida, como cuando salís del cine. Una sensación de suspensión, surrealismo y el sonido que sigue acompañando.

Cruzo la puerta y salto hacia la otra sala a donde ahora puedo ver «El Viaje de Chihiro» que está siendo proyectada. El viaje no termina aquí. Después de quedarme un ratito viéndola, camino hacia la barra del bar y encuentro a Graciela pintando el «Castillo ambulante».

La felicito y me quedo acompañando este proceso, ella sigue pintando mientras comparte abrazos y sonrisas con quienes la visitamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Studio Ghibli es un estudio japonés de animación, considerado por la crítica especializada y muchos cinéfilos como uno de los mejores estudios de animación del mundo en la actualidad.​ Sus películas se encuentran online para que las mires.

 

Graciela Cid Benitez ya está gestando su próxima serie de pinturas en miniatura. Por otro lado, planea llevar el Sentir Ghibli de la miniatura al mural.

Te invitamos a seguir su hacer en las redes: @gracielacidbenitez.

 

5 Comentarios on SENTIR GHIBLI – Graciela Cid Benitez
    Claudia Benitez
    5 Aug 2022
    10:51am

    Quizá no pueda ser tan objetiva pero hacer lo que se ama o hacer con sentido te da ese placer de entregar contenido, sensaciones y emociones, una propuesta interesante y un trabajo maravilloso.

    Ricardo
    5 Aug 2022
    12:27pm

    Excelente trabajo, los colores y su sentido realmente muy bueno.

    Ana Morales
    5 Aug 2022
    10:16pm

    ¡Qué belleza cuando el arte inspira al arte! Buenísima la nota, me dan ganas de seguir conociendo la obra de Graciela y de acompañar a Chihiro en su viaje una vez más.

    Diana
    6 Aug 2022
    9:48pm

    Seguí por redes el proceso de alguno de los cuadros de Graciela y me emocionó ver los que retratan parte de la Tumba de las luciérnagas, la única peli que vi hasta ahora. No pude asistir a la muestra pero admiro mucho a Graciela, tiene una sensibilidad especial y esto se refleja en sus obras. Gracias por compartir con ese relato en primera persona que me llevo de viaje a la muestra.

    Diana
    6 Aug 2022
    10:00pm

    Hermosa nota, me llevo de viaje por esa tarde aunque no tuve el gusto de asistir. En lo personal seguí el proceso de algunas de las obras que se expusieron y las adoré. Sobretodo aquellas que reflejaban escenas de la Tumba de las luciérnagas película q me conmovió muchísimo y q al ver los cuadros de Graciela me trasladaron a esos sentires. Conozco parte de su obra y tuve el gusto de compartir charlas con ella y percibo en lo que crea esa sensibilidad especial que la atraviesa y que se trasluce en su mirada también. Felicitaciones! Que viva el arte!🙌🏾✨🌈🔥💜

¿Qué te pareció lo que recién viste/leíste? Tu comentario sincero es un abrazo compañere, no lo dudes.

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