ES BONITA Y ES BONITA LA VERDOLAGA

 

Aparece sin que hagamos nada y crece cuando dejamos que la naturaleza avance. Justamente porque no nos metemos va creciendo a su tiempo en macetas, veredas, baldíos y jardines. Cuando dejamos que crezca mucho el pasto o no lo cortamos, ahí aparecen buenezas como las verdolagas.

Eleonora Micelotta, nuestra querida horticultora, va experimentando esto en su terraza de Beccar. Ve qué bueneza aparece espontáneamente, la deja crecer y después nos cuenta sobre ella.

 

 

 

Texto y Fotografía: Eleonora Micelotta

Ilustraciones: Vale Lamat

 

 

 

Conocí esta planta por una canción de Magdalena Fleitas, ¿la conocen? Es preciosa. En su momento pensé que VERDOLAGA significaba “hortalizas”, que a todas las hortalizas las podíamos llamar verdolagas, flasheé. Lo que sí podemos decir que consumir una taza de verdolagas es como comer un montón de vegetales juntos por la gran cantidad de nutrientes que tiene.

En el norte de nuestro continente se han recuperado semillas de verdolaga en una cueva y con la técnica de radiocarbono se ha determinado una edad de aproximadamente 1000 A.C., por lo cual podemos pensar que su explotación y consumo en América es muy antigua.

También se consumía en la antigua Grecia, como así los romanos le daban un uso principalmente medicinal.

Se presenta espontánea en regiones templadas y tropicales. La podemos ver asomándose en grietas de las veredas como resistencia al cemento, como si fuera una síntesis de la naturaleza que se subleva frente al asfalto. También aparece en macetas abandonadas. Si bien no es ornamental -porque ya van a ver la cantidad de propiedades que tiene-, como dice la canción, es bonita, es muy bonita.

 

 

 

 

 

 

 

 

Hablemos de la taxonomía de la planta (así nos ayuda a reconocerla en nuestro barrio)

 

Es una herbácea anual que puede crecer en terrenos poco fértiles. Presenta tallos cilíndricos algunas veces rojizos. Sus hojas son glabras (es decir desprovistas de pelos y glándulas). Es suculenta, por lo que aguanta grandes sequías, ya que acumula agua en sus tallos y hojas. Florece a fines de primavera y sus flores son amarillas de unos 6 mm de tamaño aproximadamente.

Brota a partir de los 27 °C. La temperatura es muy importante para la germinación de cualquier semilla. Prolifera en ubicaciones soleadas, por lo que si la cultivamos (porque también la podemos reproducir y ubicar en nuestros patios y jardines) debemos tener en cuenta que esté a sol pleno y lejos de plantas de gran porte que puedan hacerle sombra.

 

Precaución:

Suele confundirse con Euphorbia Vermiculata que NO es una planta comestible. Lo mejor para diferenciarlas es por sus pelos en el tallo. Si tiene pelos, NO es verdolaga.

 

 

Veamos sus propiedades y beneficios…

 

Esta planta es rica en Calcio, Potasio, Hierro, Magnesio, vitamina A, B1, B2, B3, C, E, y antioxidantes

 

Posee hormonas como noradrenalina, dopamina y alanina, por lo tanto es buena para tratar el estrés y la depresión.

 


Por su alto contenido en magnesio, es buena para los intestinos y el sistema nervioso

 


Una taza de verdolaga posee 400 mg de Omegas, fundamentales para reducir los triglicéridos y para nivelar la presión arterial. Esto es muy importante en las dietas vegetarianas o veganas.

 


Ayuda a disminuir inflamaciones urinarias y a eliminar gran cantidad de toxinas por medio de la orina



Mejora la circulación y ayuda a nivelar el azúcar en sangre



Ideal para tratar problemas digestivos, estreñimiento o parasitosis



Posee propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas

 

 

Usos y consumo

 

Sirve para aplicar en picaduras de insectos, mordedura de serpientes

 


Ayuda a mantener elasticidad en la piel, así que se puede utilizar en cosmetología

 


Se puede consumir en tintura madre, infusiones, licuados o directamente en ensaladas, guisos, sopas… como un vegetal más.

 

 

En Méjico se comercializa y es parte del típico guiso de cerdo y chile.

 

No se recomienda su uso en caso de embarazos ni su consumo excesivo en caso de digestiones lentas

 

 

 

 

 

 

 

 

Como verán, hay alimento creciendo en el suelo, rebelándose frente a las baldosas de nuestro barrio, dispuesto para nosotrxs. La intención de esta columna es acercarte, queridx lectorx, estos conocimientos ancestrales que quizá culturalmente no son aceptados o difundidos. Es un conocimiento indispensable para los tiempos que corren.

 

Me despido dejándoles estas recomendaciones de Elena A. Iakovleva, autora del Ubicación actual, Edén, que trata sobre forrajeo. Un libro muy consultado para estas columnas:

 

 “NO COMAS ALGO SI NO ESTÁS SEGURX QUE LO IDENTIFICASTE CORRECTAMENTE”.
Para esto hay guías muy completas. No se reconoce una planta solo por una foto sino por una serie de características formales.


 “AL INGERIR UN ALIMENTO POR PRIMERA VEZ COMÉ CON MODERACIÓN. COMPROBÁ QUE NO SOS ALÉRGICX”


 
“ESTÁ ABIERTX A DISFRUTAR NUEVOS SABORES”.

Este es un punto fundamental para abrirnos a consumir buenezas.

 

¡A su salud! ¡Por la soberanía alimentaria! y una buena utilización de los recursos naturales. Ese siempre será mi brindis.

 

 

 

 

Hay otras buenezas

En Buenezas podés ver cerrajas, dientes de león, bledos y ortigas, otras verduras que están ahí y no siempre vemos.


Agua para regar

Por suerte las buenezas crecen solas. Nosotrxs, en cambio, necesitamos un poco de agua, tiempo y colaboración para seguir encontrándolas y contándote sobre ellas.

 

3 respuestas

  1. Hola muy buenas las recomendaciones ,es matavillosa la naturalesa que nos dá estas perlitas .Gracias aprendí algo nuevo de la beleza.

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¿QUÉ VINO PRIMERO… EL HUEVITO O EL GALLO?