BAGNA CAUDA

 

 

Obra de teatro: Esteban Bresolin

 

 

 

 

ACTO 1

 

Escena 1

 

Silvia acomoda el living de su casa. Se la ve feliz, canturrea canzonetas mientras bebe agua de una coqueta botellita y bailotea por el lugar. Se sienta en un sillón. 

 

Silvia. (A público) Soy Silvia Zanni, con zeta y doble n. Como Cannovaccio, el central de Deportivo Italiano, un crack el pibito (Ríe). Hace no tanto tiempo, era feliz. Éramos felices. De verdad lo digo; piénsenlo. (Pausa profunda, algo melancólica. Cambio abrupto) Invité a cenar a dos parejas de amigos que hace mucho no vemos. El tano no está, pero no me hice ningún problema; no va a ser la primera vez que pasa. (Pausa. Retoma enfática) Como preguntando es cómo se llega a Roma, me animé a hacer la receta mágica, la que innumerables alegrías nos dio, la que ha sido testigo de nuestros momentos más felices, la que se alzó gloriosa en la cima del Piamonte: Bagna Cauda… aceite de oliva, anchoas, crema, pimienta negra, cositas para mojar, brócoli, raviolitos fritos, quesitos. Es imposible comer Bagna Cauda sin reír, decía Tío Santiago. (Pausa. Retoma) No conforme con eso, y para que vaya abriendo el apetito, le sumé  para abrir la jornada, un antipasto casero, y para cerrar un Tiramisú de dos Gigascalorías que va a dejar desparramados los hígados de los comensales. (Como si nombrara la formación de un equipo de fútbol) Vermut, vino, limoncello. Pancito al medio, salame al estragón y mortadela. Antipasto, bagna cauda y tiramisú. Nada puede fallar.

 

Sale cantando.

 

 

Escena 2

 

La casa de Maru y Ariel. Él termina de afinar la guitarra, y se dispone a tocar. Entra apurada Maru.

 

Maru.  Dale Ari. Dejá eso que se nos va a hacer tarde… (El hombre no responde) ¿Me escuchaste? ¿Así vas a ir vestido?

Ari. ¿¡Cómo querés que vaya!?

Maru. Ponete algo como la gente, ¿querés?

Ari. ¿Qué tiene esta ropa? Fui a laburar así el jueves… ¿Cómo qué gente?

Maru. ¿Con esa pinta das clases vos? ¡Qué vergüenza! 

 

Pausa espesa. Maru hunde la cabeza en el placard.

 

Maru. (Arrojándole un pantalón y una camisa) ¡Tomá! Ponete esto.

 

Ariel balbucea algo entre dientes, toma la ropa y la deja a un costado. Maru se sienta, mientras Ariel toma nuevamente su guitarra y toca los primeros acordes de una canción que chapucea en italiano.

 

Maru. (A público) María de los Milagros Martín, Maru. Con Ariel estamos hace 22 años. (Pausa rabiosa) Convivimos y no nos toleramos la mayor parte del tiempo, pero nos queremos, y somos sinceros a pesar de lo que esto implica. Tres hijos tenemos. La de quince se quedó en la casa de una amiga, los otros dos con mis viejos. Lindos pibes. (Le grita desaforada a Ariel que ha subido la intensidad) ¡¿Podés pararla con la guitarrita?!

Ariel. (Desde su lugar sin inmutarse, cantando) ¡Hanno mangiato le vongole in Sicilia, non mangia più la pasta mia!

Maru. (Vuelve a lo que estaba) Hoy vamos a comer a la casa de unos amigos. Nos conocemos hace años, son buena onda. Tipos finos, elegantes. (Pausa triste) Este cachivache me da vergüenza la mayor cantidad del tiempo. Hay momentos en que no sé si es, o se hace. Se pone tan gil; pareciera como que se apichona, lo único que quiere es caerles simpático; y a los otros dos soretes, lo único que les interesa, es ningunearlo. Patético. (Pausa extensa) No estoy bien. Hace tiempo ya. La cuarentena me asfixió. Fue un desnuque lento y sordo (Se pierde. Al volver está rota). Me alejé tanto tanto de mí, que me dio miedo. Mi analista me ayudó bastante. Al menos por guita, conseguí que alguien me escuche cuarenta minutos por semana. (Se encuentra en lo que dice) Para adentro fue el laberinto esta vez. Ya no sé cómo era. (Pausa. Directa al público) ¿Cómo éramos? (Se entristece. Vuelve hacia donde está Ariel.) ¿Querés apurarte que nos tenemos que ir?

Ariel. Pará, Maru, quería practicar un poco algo que estuve ensayando para tocar esta noche. Al Tano le va a encantar, no sabés lo bueno que está. 

Maru. (Interrumpe) No hace falta…

Ariel. ¿No?

Maru. (Seca) No es el momento de ensayar, dale. Vamos. ¿En serio vas a tocar? ¿Te parece?

Ariel. Sí, me parece. ¿Cuándo si no?

Maru. No me parece un buen momento… hace mucho que no nos vemos, ¿ponerse a cantar?

Ariel. Para vos nunca es buen momento para nada. Quiero practicar, voy a mostrarle algo a Guilherme (sarcástico). Tenemos un show pronto, por si no recordabas. El Tano nos puede dar una mano. Practico un poco y vamos, te prometo. Más de media hora no va a ser. Es temprano. Al final siempre somos los primeros en llegar.

Maru. ¿Qué hago mientras?

Ariel. ¡Qué sé yo! Eso no es problema mio. ¿Querés que te entretenga? ¿Qué hacías antes? 

Maru. ¿Qué hacía antes me preguntás? ¿En serio querés saberlo?

 

Ariel descolocado baja la cabeza. Pausa incómoda. 

Maru queda parada en un rincón apabullada.

Ariel intenta retomar la canción, pero no puede concentrarse. Se vuelve y le  dice resignado

 

Ariel. Andá si querés. Llevate el auto, después voy caminando. Está linda la noche, es cerquita.

 

Maru lo mira furiosa, indignada, humillada. Está por gritarle su frustración en el rostro, pero decide marcharse. Toma las llaves del auto y sale decidida. Ariel la mira, intenta volver a lo que estaba pero no logra concentrarse.

Se detiene a mirar la puerta. Luego, comienza a tararear la canción mientras se  pone la ropa que le dejó Maru y toma la guitarra. Se detiene, deja el instrumento y sale.

 

 

Escena 3

 

La casa de Alex y Coty. Están terminando de cambiarse. Se los ve felices. Suena una balada romántica en italiano.

 

Alex. (Mostrándole un par de corbatas sobre su camisa) ¿Cuál te parece, má?

Coty. ¿Te vas a poner corbata?

Alex. ¿Decís que no? Quería ir elegante, hace tanto que no nos vemos con Silvi y Guilherme.

Coty. Sí, eso es verdad, pero la corbata me parece demasiado. (Refiriéndose a la música) ¡Cómo me gusta este tipo!  

Alex. (Acercándose gracioso e insinuante) ¿Lo dice por mí la señora?

Coty. Salí, salí, que me vas a despeinar, rajá de acá. 

 

Ríen. Él sirve dos vasos de whisky, le da uno a Coty. Brindan.

 

Alex. Te quiero.

Coty. Sos un amor, ¿qué más puede querer una mujer?

Alex. ¿Al tano cantor?

 

Ríen.

 

Coty. Tonto.

Alex. Bueno, ¿voy sin corbata entonces?

Coty. Sí, sí. Más canchero, va a ser mejor. (Pausa) Van a ir Ariel y Maru.

Alex. ¡Uh! ¿En serio?

Maru. Sí, preferí no decirte para no amargarte. Por eso te digo lo de la corbata, viste que son medio cachivaches para vestirse; no me parece ponerse tan elegante.

Alex.  Ella es piola, pero él. A veces… Yo no sé si se alcoholiza, se pone nervioso o qué; pero se vuelve tan denso.

Coty. No le des bola, es un infeliz…

Alex. Sí, pero a veces… (La mujer se acerca y lo calla con un dedo en su boca)

Coty. Shhhh. Mejor callate. ¿Qué saco te vas a poner?

Alex.  ¿Vos qué te vas a poner? ¿Va a ir así de entre casa? 

 

Ríen y vuelve a brindar.

 

Alex. ¡Menos mal que había que ir modestos para no hacer sentir mal a los cachivaches!

 

Alex se sienta con su vaso y la corbata mientras ella hace los últimos retoques a su maquillaje.

 

Leo. (A público) Alejandro Giovanelli… Alex, de Caballito. Licenciado en Administración de empresas. Magíster en comunicación. Mi viejo fundó en 1945 “Pantalones Giovanelli”, una fábrica de pantalones de mujer, en la cual empecé a trabajar a los dieciocho años mientras estudiaba. Desde entonces, logré triplicar su tamaño físico y cuadruplicar el volúmen de ventas. Hoy soy C.E.O. de “Giovanelli Sports”, una de las textiles líderes en la región. (Pausa) Amo las motos, estoy en un club que cada tanto invadimos las carreteras con nuestras camperas de cuero y nuestros cabellos al viento. (Pausa) Coty es mi esposa. Más de diez años hace que estamos. Ni me acuerdo cuántos ya. Hijos no tuvimos. (Pausa extensa. Mira a Coty, vuelve) Una lástima, linda mina era. Me costó aceptarlo, siempre pensé que no íbamos a soportar estar los dos solos, pero cada uno fue buscando su salvavidas para no hundirnos en nuestras miserias, pero hace años que nuestro cariño se secó. De a poco hasta viajar nos dejó de encender. (Pausa. Comienza a hacer el nudo de la corbata) A la distancia, pienso que fuimos la consecuencia lógica de dos vidas predecibles. (Pausa. Gira hacia su mujer con una sonrisa radiante) ¿Vamos? ¿Sabés que va a haber para comer?

Coty. Ni me hables…

Alex. (Entendiendo) ¡No!

Coty. Sí Bagna Cauda, no te lo puedo creer. ¡Detesto las anchoas! ¡Solo se lo dije una vez al tano por cumplido! ¡Me parece repugnante! 

Alex. (Sonriente) Recomiendo a madame que le ponga atención a la entrada y se reserve para el postre entonces… 

Coty. ¡Tomaré vuestro consejo monsieur! (Toma su abrigo) ¿Cómo estoy?

Alex. ¡Radiante! ¡Cómo siempre! ¿Yo?

Coty. Hermoso. ¡Linda la corbata! Siempre tenés razón vos.

 

Salen abrazados.

 

(Continúa…)

 

 

 

 

 

Bagna Cauda por su autor

 

El proceso creativo de Bagna Cauda arranca cuando apenas asomábamos las narices de la pandemia. En pleno invierno de 2021, con un grupo de compañerxs y amigxs de Escobar decidimos juntarnos y comenzar a entrenar teatro. Buscamos un lugar abierto y ventilado e iniciamos la actividad una tarde de sol en un jardín del barrio La Bota. Al cabo de unos pocos meses, surgió la intención de comenzar a ensayar y montar un espectáculo. Nos pusimos entonces a buscar por las poéticas más variadas. Nada de lo que leíamos nos interpelaba. Definitivamente, nuestra visión del mundo y del arte estaban golpeadas, transformadas y atravesadas por el encierro vivido; necesitábamos decir cosas que en los textos no encontrábamos. Decidimos, en consecuencia, llevar a cabo una búsqueda y experimentación sobre los temas que nos atravesaban.

Luego de mirarnos la pelusa del ombligo, jugar con ella y enfrentarnos a la hipocresía que nos rodea a diario, fue naciendo la obra.

Bagna Cauda es un texto que interpela nuestro costado burgués y lo expone con todas sus contradicciones en escena. El propio cuestionamiento de una clase media, a la cual pertenecemos y de la cual renegamos, en un equilibrio amor / odio a punto siempre de quebrarse.

 

 

Acabás de leer el principio de “Bagna Cauda”, una obra de teatro de Esteban Bresolin. Para saber cómo sigue, andá a verla al teatro. Podés encontrar las próximas funciones en @bagnacauda.obra.

 

FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Esteban Bresolin
Actuación: Paula Pratolongo, Fabián Ganduglia, Julia Campos, Graciela Mendez y Raúl Gomez.
Técnica: Maximiliano Russo
Vestuario: Mariela Condró
Dirección: Esteban Bresolin

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