A veces tenemos que dar rodeos para encontrarnos. No nos animamos, no sé cómo, te subís a un motor que recorre de acá para allá en vez de pedalear y en realidad tardás más. Como si hubiera una forma más directa, fantasma, el que te corre cuando comparás. Ya sabés que no es por ahí pero volvés. Nos pasan tantas cosas en la vida que si aparece el sol, qué bello abrir: puerta y camino, piel, soledad y sol. Uuu. El lunes feriado debería ser siempre para poder disfrutar del amor después del amor, para buscar casa sin que te rompa el alquiler, encontrar quién te cuide a les perris y viajar, volver a Garrote, mirarlo orgulloso cómo tira unas rimas, para charlar. Conversa va, conversa viene, ¿cuánto realmente escuchaste? Podés estar viéndola ahí, cerquita y que termine siendo un espejismo al que no llegás. Calculaste mal, se te fue. ¿Tenías que estar más cerca? ¿Entonces qué carajos hacés en esa calle? Testimoniás, ves, escuchás: poetas músicas vivas flores casas lucías mangudos sanmartines caprias de acá. Escribís, tramitás, cantás, transcribís, tocás, editás, dirigís, dibujás, gestionás, producís, diseñás, hangeás, sentís… tirás y errás y seguís tirando hasta que se convierta en un arte o en algo. Ojalá.