VANAGAMBA, DIEZ AÑOS

Texto: Héctor Serres
Conversa: G. Z. y H.S.
Fotografías: Guido Zappa y Paula Muzzio

Se cumplen diez años del estreno de Desencuentro, la primera obra de Vanagamba. Diez años haciendo teatro en el conurbano norte. Una tarde de septiembre fuimos a Sanfer para encontramos con Clara Hecker, Gerardo Porión, Cristian De Castro y Silvio Dándolo a hablar de teatro y de su recorrido. La conversa nos llevó a cómo se resignifican las obras y los quehaceres artísticos, al laburo y amor que se necesitan para ser parte de un grupo durante tantos años, a risas, al teatro regional y la apuesta de ir CABA, entre otras yerbas.

Estamos en el marco de los 10 años del estreno de Desencuentro, ¿qué significa Desencuentro?

Clara: Es el origen del grupo. Se origina en el número que hacíamos con grupo Boya. Es como mi catarsis pequeñoburguesa y surge de una necesidad de hacer humor con el soporte musical del tango. El origen del número fue una situación de espera de una parada de colectivo. Después, cuando decidimos hacer la obra, ahí se ponen en juego un montón de cosas más mías, de mi historia, de mi catarsis, pero en el origen es una gran necesidad de hacer humor sin texto y con tango.

¿Eso de la catarsis lo ves ahora o lo viste en su momento?

Clara: No, lo sentí, porque está muy teñido de muchas cosas que me estaban pasando: de un deseo muy grande de enamorarme y con muchas dificultades, claramente (se ríe), se llama Desencuentro. Me pasa todavía con la obra que se me sigue resignificando en un montón de sentidos. Ya no soy esa persona que era cuando se originó hace diez años o sí pero distinta. Con esto de los diez años, me pongo a pensar: por qué la sigo haciendo, qué cosas me trae hoy la obra y hay algo que me bajó hace poco: la obra habla de un desencuentro con un otre, pero en la esencia hablo de mi desencuentro conmigo misma. Y eso es lo que hace que la obra todavía esté viva.

¿Para el resto qué significa?

Gerardo: Es bien distinto el proceso y el significado, porque nosotros ―hablo de mí, pero también de la dirección, que en este caso somos dos, con Cristian― llegamos invitados a un proceso de un otre. Entonces, nos presentaron una idea y nos pusimos a trabajar en eso. Después, con el tiempo uno empieza a encontrarle otro sentido. En ese momento era una idea de Clara. A Clara la conocía, pero tampoco sabía que esto de lo que va la obra tiene que ver con algo tan personal. Yo le tengo mucho amor a la obra. La veo y siempre parece que es la primera vez que la veo, me divierto. Me pasan cosas muy lindas, como si no fuera algo mío.

¿Cómo viven ser un grupo de teatro independiente anclado al conurbano norte y con lo difícil que es sostener una obra tanto tiempo? ¿Qué significa ser un grupo hoy?

Gerardo: Los tiempos fueron cambiando y pasaron muchas cosas en diez años, pero la sensación es ―ahora que nuevamente pudimos atravesar el proceso de creación de un espectáculo (Pajarraquito) y llegar a un estreno― cómo la cosa funciona cuando estamos todos haciendo el mismo proyecto; hay algo energético. Estamos todos enfocados en que el proyecto es este, tenemos una meta y la estamos cumpliendo colectivamente. Y eso es lo más difícil de conseguir a veces, porque es anterior a poner el cuerpo; es como, bueno, tener el proyecto en el que vamos a dedicarle energía. Y no somos las mismas personas que hace diez años, pero siento que el proceso fue muy parecido. Los roles que cada uno va a cumplir y las fechas con las que queremos trabajar. En ese sentido el trabajo de grupo es fundamental. En los 2 casos son unipersonales y yo no lo hubiese hecho nunca de no haber tenido un grupo que insistiera.

Clara: Sí, y en esa organización y parte de que fluya eso, además de esa cuestión energética, para mí el lugar de Pau, que es a veces la parte menos visible, porque no está en el escenario tan presente pero es fundamental para que eso suceda.

Silvio: Para ordenar.

Clara: Para ordenar, organizar. Es la persona que pone más la cabeza. Posta, es recontra clave. Yo venía de la experiencia del grupo Boya, pero cuando hicimos Arde, fue un proyecto larguísimo, años de ensayo, cuelgues y cosas hasta que se hizo. Fue un modo de hacer, pero cuando de golpe trabajás con alguien que te ayuda a organizar los tiempos de ensayo, escenografía, pensar en la sala, contactarse. Es la que le pone tierra a las cosas y hace que sea todo más dinámico y realizable.

Gerardo: Subsidios, festivales, planillas que hay que leer, completar.

Y, volviendo a Desencuentro, ¿se acaba la dirección en algún momento o con las funciones siguen todavía?

Gerardo: Siempre que se vuelve a ensayar hay una devolución. Siempre hay algo ajustándose. La obra pasó por muchas versiones para distintos espacios. En un momento fue callejera, en un momento duró menos porque se hizo en el contexto de otra cosa. Entonces siempre está como volver a mirarla y opinar. No es más que dar una opinión sobre ese trabajo que ya se hizo hace mucho. Ya no hay una dirección sobre ese trabajo me parece. Es bastante autónomo.

Clara: Sí, es ajustar por sobre lo que ya está. Nos pasó que, con el auge del feminismo, nos empezamos a preguntar algunas cosas que suceden en la obra. Entonces, ¿qué onda esto? Y hubo un replantearnos o repensar algunas cosas colectivamente y después como redirigir algunos detalles. Esa especie de ajuste de devenir de los tiempos. Hubo también esas instancias. Y ahora que vamos a reponer en octubre con músiques es también ver de qué manera se incorpora.

¿Todos los años hicieron obras desde el 2013 hasta ahora?

Clara: Desencuentro fue nuestro único proyecto hasta que incorporamos Roto en 2021.

¿Y Apenas justa, no?

Clara: Bueno, en realidad Apenas justa fue algo que me propusieron desde Timbó para esa fiesta que hicieron en el Central y yo me acababa de desvincular del grupo Boya y hacía años que no hacía un texto, porque yo venía haciendo con ellos todo teatro danza, sin texto, todo pantomima. Fue un poco un desafío de volver a hacer un texto y lo abordé individualmente, porque tampoco existía Vanagamba en ese momento. La intención era hacer ese evento en la fiesta y punto. Pegó y me empezaron a decir: “Venite a esta varieté, venite a esta varieté” y dije: “Bueno, vamos a hacer Apenas justa” (risas). Ahí es donde me propuse montar un número para varieté y en ese momento Pau me dice “Che, sigamos laburando juntas”. Y ahora que lo pienso Apenas justa medio que fue también el origen de Vanagamba.

¿Y el nombre Vanagamba cómo surge?

Clara: El nombre fue una idea que tuvimos con Pau. Un poco viene de la experiencia anterior. No fue un final feliz y un poco fue como una manera de oponernos a ese grupo anterior. Grupo Boya, el nombre del grupo surge de unos encuentros que hacíamos en la isla. Yo viví en un momento en la isla. Había algo de la isla y qué sé yo. Entonces, la boya era algo medio representativo, pero era estar boyando. Como que había algo del significado de la boya… La boya está ahí quieta puesta, señala… flota (risas). Y con Pau dijimos: “No, nosotras no, nosotras… vamo pa delante, vamos pa delante”. Entonces, el “Vanagamba” vino un poco con esta cosa del lunfardo: Van a gamba. Hoy mucha gente se está enterando que significa que vamos a gamba. Y no sé por qué decidimos que sea todo junto, supongo que para confundir. Pero bueno, después me compré un auto… (risas). 

Cristian: No tan a gamba (risas).

Silvio, ¿tu rol es técnico, no?

Silvio: Sí, yo me sumé a Desencuentro como técnico y después me integré al grupo para el estreno. Al principio es medio como anexo el técnico de los grupos, pero terminé integrándome.

Clara: Y además, Silvio es básico, es el primero que tiene que estar en la lista.

Cristian: Cuando Silvio no está, sufrimos.

Tengo el sentimiento que en esta región el rol técnico es una carencia, incluso de los espacios. Así como nombraron la producción, el rol técnico es un gran valor.

Cristian: Silvio ha salvado momentos memorables en la técnica, eh.

Clara: Magias, magias de Silvio.

Cristian: De que se claven tres luces al mismo tiempo, de que se corte y en dos segundos resolver. El señor sabe lo que hace.

Clara: En el teatro de guerrilla el técnico es fundamental.

Silvio: Claro, es un poco también. Es medio todo terreno la técnica acá en el conurbano. Bah, en el conurbano no solo, en todos lados.

Clara: ¡Acordate de Santa Fe!

Silvio: Claro, tuvimos funciones de batalla… con tres luces.

Clara: Con 3 luces y una se quema en la mitad de la función (risas).

Hablamos de Roto el cielo. Está bueno este contraste de diez años de una obra con una otra nueva estrenándose.

Gerardo: A Roto el cielo nos invitaron. Entonces arrancó no siendo Vanagamba. Empezó siendo un proyecto de pandemia. Después se decide tomar también por lo que fue sucediendo con el proyecto. Integraba un proyecto colectivo con un montón de otras personas (autores, directores) y cuando ese proyecto empieza a no proyectarse tan colectivamente, Tito (Dall’ Occhio), que es autor y director de Roto el cielo, es el que propone seguir adelante con…

Clara: El que propone y el que motoriza también…

Gerardo: El que motoriza, sí, porque no era nuestro proyecto y, además, pandemia. Estábamos como en otro plano. Entonces él empieza como a agitar hacerlo. De a poco lo metimos a Silvio. Y en un momento faltaba Paula. Era como cambiaba esa ficha de que entre Paula a cubrir ese vacío motor que estaba haciendo Tito antes de irse y ya está, en un segundo se integró. Estábamos muy adentro.

¿Y cómo surge la voluntad de Pajarraquito?

Gerardo: Y yo la había empezado a hacer circular y que la lean. Me hicieron una devolución. Ellos empezaron a insistir en que la hagamos.

Silvio: En la reapertura, después de la pandemia, cuando empezamos a juntarnos ahí empezamos a leer entre todxs.

Gerardo: Y ahí empezamos a meterle lectura a ese material que me había demandado muchos años de escritura. Nunca lo había pensando para el contexto de Vanagamba. Era un proyecto que me imaginaba pero evidentemente no estaba muy dispuesto a materializarlo. Lo tenía ahí. Cuando empezó a ser más colectivo y se leyó, fue más el grupo el que dijo: “Encaremos este proyecto”.

¿Cuándo empezaron a montarla?

Clara: Fines de febrero. Dijimos cuánto tiempo necesitamos de proceso, de tiempo, estimamos y dijimos estrenamos en agosto. Que habíamos dicho que sea de Leo (risas).

Gerardo: Estrenemos en agosto y que sea de Leo, pero también porque sabíamos que…

Cristian: Que en octubre festejábamos los diez años.

Clara: Fue una proyección anual, digamos…

Gerardo: Es que me parece que es eso lo que también hace que colectivamente funcione porque la proyección es anual, o de muchos meses, y con objetivo claro, que es lo más difícil de conseguir, el objetivo claro a largo plazo. Y con Desencuentro y con Pajarraquito diez años en el medio, ¿no? Tampoco nos salen todos los días, pero fueron proyectos muy pensados y estructurados, me parece.

O sea, ¿la voluntad de un estreno es que dure para siempre un poco, no? (risas)

Gerardo: No, no sé…

Cristian: Uno siempre quiere trascender (risas) lo más que pueda.

Gerardo: Desencuentro creíamos que no volvía después de la pandemia y un día volvió.

Clara: Sí, teníamos unas fechas ahí en Corrientes, Azul, cuando empezó a abrirse todo. A nosotros la pandemia nos agarró arrancando una temporada…

Silvio: En Polonia.

Clara: Que la pensamos un montón. Dijimos: “Che ¿probamos hacer una temporada en algún espacio de Capital amigo, copado?” Ya habíamos hecho una que nos había ido mal y nos habíamos quedado con una bronca: “Nunca más vamos a hacer una temporada en Capital, ¡odiamos”! 

Gerardo: Hicimos dos funciones y pandemia.

Cristian: Pandemia mata temporada.

Abriste algo que está bueno para intercambiar un poco que tiene que ver con eso: nosotros haciendo teatro acá y todo el anclaje que podríamos tener algunas personas sobre lo local y qué significa eso, justamente querer trabajar en Capital y qué significa el circuito de Capital?

Clara: Yo creo que para nosotrxs, es ampliar el público y el horizonte. No sé si hay una intención de ir a hacer funciones en Capital como un objetivo…

Cristian: Como enaltecedor o…

Clara: O como espacio legitimador. No lo siento tan así. Lo que sí sucede en Capital que no sucede en los conurbanos en general es esto de la temporada que te da un training también de laburo. Más que nada por eso nos interesaba lo de hacer una temporada. Y ver si funcionaba, si se podía instalar, si se podía generar un boca en boca. El espacio nos proponía que si nos iba bien nos quedábamos. Entonces, había algo de eso: Y, bueno, probemos qué es hacer todos los fines de semana función.

¿Ir a Capital es una apuesta?

Clara: Es un poco una apuesta y de ponerle mucho también porque ¿quién nos conoce? Conozco gente de Capital, pero muy limitado también. Por eso apostábamos a que empiece el boca en boca y que empiece a rolar desde otro lugar. También nos pasa que sentimos que un poco se nos agota el público de nuestro sector, que hoy esta idea de reponerla con artistas invitades y todo tiene que ver con tentar a la gente que ya la vio y que vea una vueltita diferente.

Quiero retomar la importancia de lo grupal, de la construcción colectiva, de la permanencia en el tiempo. Asumiendo con Urraka, Soy solito, El viaje de Hervé, En Breve también, son obras y espacios tantos años permaneciendo en el tiempo y todo lo que eso implica. ¿Cuál es la importancia en este contexto sociopolítico en el que estamos?

Silvio: Yo creo que lo que sostiene nuestra grupalidad en tanto tiempo es que, a pesar de nuestros pocos recursos y de lo independiente, somos profesionales. Estamos comprometidos con los proyectos y creo que también hay una cuestión de afectos personales.

Cristian: Y sí. Creo que parte de que se pueda sostener una grupalidad tantos años tiene que ver con eso. Con que se dan todas esas cosas. Laburando sí cada uno pone lo mejor, estás atento, hay profesionalismo, y además también hay amor por la persona con la que estás. Si hay peleas constantes no se sostiene mucho. Cuando empezamos, no es que dijimos: “En diez años vamos a seguir como un grupo”.

Silvio: No, la proyección nunca estuvo.

Gerardo: Uno tiene ganas de seguir encontrándose. Y esto que pasa, sale una función de Desencuentro y nos juntamos a ensayar. Nos gusta encontrarnos. Nos juntamos a trabajar y cenamos.

Clara: La pasamos bien. Nos divertimos.

Cristian: Para mí también tiene que ver mucho con el amor a lo que uno hace y a las personas con las que estás laburando. Me ha pasado un montón de veces de no estar porque estoy de gira con Urraka o tengo determinado laburo y cuando hay una fecha la peleo para poder estar porque me gusta estar, porque disfruto.

¿Algo que quieran sumar que no les hayamos preguntado?

Gerardo: A mí un poco con el estreno del nuevo proyecto (Pajarraquito) se me renueva cierta ilusión de que vamos a poder estar mucho tiempo trabajando juntxs. Qué bueno sería que esto funcione como motor para que el grupo tenga el deseo de seguir encontrándose a trabajar por mucho tiempo. Queríamos tener un proyecto nuevo. Era un deseo. Es un poco una nueva etapa.

Clara: Hay algo que me surge decir de la dinámica del grupo y de qué significa la grupalidad hoy en día. Tenemos una dinámica muy amorosa y de mucha libertad también. Todes tenemos otros proyectos y nada traba o frena o rompe con la inercia del grupo que ya viene. Eso para mí hace que la cosa fluya. No nos vamos a poner celosos porque Cristián se va a Abu Dabi cuatro meses (risas).

Cristian: ¿Quién? ¿yo?

Clara: De hecho lo celebramos. Está buenísimo. Es eso. Hay algo que se da naturalmente, no nos lo proponemos. Hay algo ahí que sucede de esa manera…

Cristian: Es que somos tan hermosos (risas).

Clara: Tan bárbaros.

Cristian: Somos tan buenos y maravillosos.

Gerardo: Nos bulineamos también, pero bueno…

Cristian: Pero con amor.

Clara: Siempre con amor (risas).

Silvio: También esto de que lo hicimos parte de Pajarraquito a Pablo Palavecino.

Clara: Y re fluyó con él. Hubo algo que nos sucedió con el proceso de Pajarraquito. Se incorporó una persona que solo conocía Pori y, bueno, si vos confiás que es el director, listo, vamos para adelante.

Gerardo: Pero, bueno, sí, eso, el amor… solo el amor…

Cristian: Solo el amor… ¡salvará!

Cristian y Clara: ¡Al mundo!

  Vanagamba son:   Clara Hecker. Actriz, bailarina, artista visual y vestuarista. Cristian De Castro. Director, actor y músico. Gerardo Porión. Artista, actor, titiritero y artista plástico. Silvio Dándolo. Asistencia técnica. Paula Muzzio. Productora ejecutiva.   Próximas fechas para ver Desencuentro Domingos 8 y 15 de octubre, 20 hs en Tiempos de Memoria, con Esteban Hecker en piano.  Sábado 4 de noviembre, 20 hs en Teatro Martín Fierro, con Sofía Camafreita en violín.  Sábado 18 de noviembre, 21 hs en Caranday, con Fernanda Fernández en bandoneón.  Sábado 25 de noviembre, 21 hs en El Rancho de la Carpincha, con Fernanda Fernández en bandoneón.   Acá podés leer la reseña de Pajarraquito, la nueva obra que Vanagamba estrenó en agosto de 2023.  

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