Texto y Fotografía: Guido Zappacosta
Cuantas veces escuchando charlas ajenas en el furgón oímos decir algo así como “mi primo Kevin el finde pasado se cocinó unas pastas, no sabés, mucho queso, crema, champiñón; una gloria”…
Y sí.
Es que con queso y crema cocina cualquiera, no hay dudas. Hagamos la prueba echándole queso y crema a un rulemán, seguramente encontraremos un sabor mejor del esperado en esta pieza metálica que funciona como rodamiento. ¡Pero atención! Que levante la mano ahora quien le sobre un billete para invertir en semejantes menesteres, por eso desde Timbó —siempre sobreviviendo en busca de un mundo mejor— compartimos recetas sencillas, ricas y baratas. Sin lácteos ni carne, ¿por convicción? No lo sabemos, por ahora, no hay plata.
Dicen que la crisis es oportunidad y estimula la creatividad. Si te sirve este enunciado para convencerte de que podés sacarle algo bueno a este contexto, adelante.
Copate con esta receta que es un canto a la vida.
Sí-se-puede.
Sí-se-puede.
Sí-se-puede.
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SOPA DE ARVEJAS Ingredientes: 250g de arvejas partidas 1 cebolla un pedacito de morrón del color que te guste media calabaza 1 zanahoria ajo y un cachito de verdeo, siempre bienvenido 1 litro de agua sal y condimentos a gusto (Si querés dejar de leer ahora, poné todo junto a hervir, dale tiempo y listo. Hiciste una sopa).
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Crónica de los posibles pasos a seguir
Había que resolver la cena.
Siendo lunes 9 de septiembre y para aprovechar los últimos fríos pensé en algo caliente.
Sopa. Una sopa.
Como en casa tenía unas arvejas esperando para dar el grito, salí con cien pesos a la verdulería de Lili, frente a la estación de Maquinista Savio, porque además de que las verduras parecen contentas siempre nos tira algo de más, una especie de yapa tras algún signo de pobreza que debemos desprender. Aclaro la ubicación de la verdulería para dar cuenta de que, como es sabido, según la zona los precios cambian. Savio particularmente es barato.
Siempre, antes de pedir, es sano preguntar el precio por kilo de las cosas para no sorprenderse y sobre todo para aprovechar lo que está en oferta, por ejemplo lo que es de estación. Por caso la cebolla en este momento está carísima (entre 60 y 90 pesos el kilo aproximadamente), por eso compré solo dos. Calabaza le pedí media que tenía ahí cortada, algunas zanahorias y alguna otra cosita más que no entrarán en esta receta. El morrón me lo regaló porque estaba picado, también está carísimo. Pueden descartarlo si lo desean.
Para ir ganando tiempo siempre es bueno ir poniendo el agua al fuego con las arvejitas (es recomendable remojarlas bastante tiempo antes, pero si no lo hiciste no pasa nada, la cosa funciona igual, solo es más tiempo de cocción).
Mientras se calienta, podés ir cortando tranqui las verduras y, mientras las vas cortando, las vas tirando a la cacerola hasta que todas las verduritas bailen danza jazz tomadas de la mano adentro del agua.
Acá abro el campo de juego en dos posibilidades. A saber.
Si tenés minipimer, podés cortar todo como mejor te resulte, total después lo procesás y listo. Si no, es recomendable cortar todo lo más pequeño posible así se disuelve más rápido, en este caso estaríamos hablando de una sopa un poco más rústica que la procesada, que siempre queda más homogénea (o cheta, como diría un amigo). Vos hacé como puedas, como quieras. Lo bueno de las recetas es hacer con ellas lo que se te cante.
En fin, no hay mucho más, solo esperar que el fuego haga su gracia e interpretar el final. Una vez reunidos todos los ingredientes dentro del agua, serán treinta minutos de cocción aproximadamente. Nunca te dije cómo condimentar porque creo que eso es muy personal, habitualmente me gusta usar sal, páprika, orégano y no mucho más. El universo de las especias es lindo para jugar, descubrir, investigar.
Como la vida, la cocina demanda cierta sensibilidad a los tiempos de las verduras, a las texturas, sabores y demás. Si te gusta una sopa más cremosa, dale tiempo, así el agua se evapora, y, por el contrario, echale agua para una sopa más líquida. Pienso que la calabaza y la zanahoria le dan un color y textura muy interesantes en combinación con el verde de la arveja que además de grato sabor embellecen el plato.
Dicen que comemos por los ojos, y es cierto. Ponerle un poco de onda a la cocina se traslada directamente al sabor (esto está comprobado pero no científicamente).
Hay quienes dirán que esta receta es una estafa y no enseña nada, y es cierto.
También hay quienes agradecerán la idea de combinar estos sabores en una cacerola no habiendo pensado nunca que de esta forma podían hacer una sopa rica, sencilla y barata, y que, además, es un canto a la vida.
Dicen en los furgones de un tren que con queso y crema cocina cualquiera, y es cierto.
Pero sin todo eso, también.
Sí-se-puede.
Sí-se-puede.
Sí-se-puede.
GASTO APROXIMADO: $100.
COMEN 3/4 PERSONAS (según quiénes sean, de dónde vengan, su estado de ánimo, no es lo mismo una persona que hace dos horas se clavó un paquete de Terepín que otra que recién llega en bus desde Humahuaca, no comió nada en todo el viaje y que encima se viene cagando de hambre desde hace como un gobierno).
¿Cómo partidas las arvejas? medio raro
Buenas!
Arvejas partidas es un tipo de arvejas que comprás o en el super o en la dietética.
Las pedís así. Si no las remojás antes, las arvejas partidas se cocinan más fácil a mi criterio.
Saludos!