Poemas: Lucila Simari Negri
La promesa
Hay
una promesa dudosa
de un viaje en el tiempo
de tardar menos
de esperar más
Para aquellos que habitamos los barrios llanos
que vemos salir al sol coreado de gallinas
y soportamos
estoicamente
las resacas y los desamores
al canto de un camión
que vende papa
o tierra
o compra, compra
calefones
estufas
cosas viejas
Yo tengo cosas viejas para vender, señor
sueños
planes
un amor
muchos hijos
Yo le vendo mis lágrimas señor
y si no las quiere, bueno
el kilo de papa igual me viene bien
Transitar pastizales escarchados con pintitas de basura
El recuerdo de dos ojos estrellados
y el abismo
de este poste pelado
sin número
sin cartel
Esperar un semirrápido de conurbano
un domingo a la mañana
es siempre
un acto
de Fe

Los perritos de mi barrio
Los perritos de mi barrio son todos feos
te sorprenderías
lo sé
al escucharme decir algo así
sabés
que para mí todos los seres pueden ser bellos
sin embargo
no te adentraste a caminar
Virreyes adentro
por acá
donde las casas pintadas llaman la atención
y los perritos
si los vieras…
los dientes chuecos
les faltan patitas, orejas
sobre todo les falta pelo
comida y amor
Acá sobreviven
juntando flaquezas en manadas salvajes
asaltando basureros y pizzerías
chumbando a las motos y a los polis
porque a los perritos de mi barrio
no les gustan las luces de los patrulleros
serán feos y huesudos
pero no boludos

Tropitango
Dos pibas con minis de jean
saltan el zanjón
con una precisión de ingeniería
El último 720 que las acerca al boliche
está por pasar
Los ojos al estilo de Amy Winehouse
una
remera de los piojos con un nudo en la cintura
la otra
topcito de morley
a la bailanta se va en zapatillas
y a pleno push up para guardar el celu
todos los piercings fluorescentes valen
Acarician a un perrito
que duerme en la parada
al costado de la ruta
Tienen la ternura de la felicidad
y se ríen de algo que pasó
o está por pasar

Taurita
Donde yo vivo
casitas de chapa se reflejan
en el agua mórbida del arroyo
El olor nauseabundo del CEAMSE
se mezcla con el de los mataderos
y en el medio
las montañas de basura
donde juegan los niños
Dicen
que el agua es fuente de vida
Coraje
para la vida que subsiste en estos humedales
Bagres y viejas del agua
son los únicos peces que sobreviven acá
Los que están acostumbrados desde siempre
a vivir en el último eslabón de la cadena
los que se alimentan con la basura
que encuentran en el fondo del arroyo
¿sabrán los riesgos?
¿podrán medirlos?
¿de qué sirve preguntarnos si no nos dan la posibilidad de elegir?
Veo una noticia:
las viejas del agua mueren de asfixia por bolsas de plástico
qué analogía terrible
las pibas en la tierra, también

San Fernando
El suburbano de Buenos Aires es simple
es geométrico
Una gran extensión de horizonte
domina el cuadro impreso en mi ventanilla
de cielo siempre mucho
de altura siempre poca
Sólo la naturaleza
desafiante
se anima a crecer hacia arriba
Extiende sus ramas con desprolijidad
respira sus flores
El conurbano es una mujer triste
que crece acostada sobre la tierra
Es hileritas de tanques de agua y postes de luz
todos iguales
todos hirviendo
todos esperando

Tormenta
Se cristaliza a lo lejos
el horizonte de la ciudad
gotas de nubes se escurren
por las hojas de los paraísos
El tren acelera
y pasa al costado de una reja
con rombos chiquitos
Observo
el cinetismo de una villa dormida
Anochece a las tres de la tarde
el aire se espesa
la bandera de algún club de barrio
cae sin gracia
y se adhiere al poste
Del otro lado
cáscaras de trenes
se deshacen en óxido de hierro
hormigón amenazante
recela las casitas
de ladrillo hueco sin revocar
En el medio
una reja prolija
y mi tren

Escape
Tótems gigantes
me ven partir
Detrás
el cieliblanco
se contraluce
Avanzo
en un gusano
metálico
Me sumerjo
en las profundidades
de la tierra oscura
Hacia todo lo que no es Capital
Noroeste apunto
directo
el poniente
domina mis pestañas
Los tótems me saludan
pintando todo de rosa
Les digo chau
huyo
Estos poemas forman parte de Al sur, el poemario de Lucila Simari Negri publicado por Ediciones Maldemar.
Lucila es ceramista, escritora y docente. Produce obra performática, textil, cerámica y siempre con anclajes muy profundos desde lo discursivo. Las palabras, la precisión de los conceptos y la profundidad de las definiciones siempre son el inicio y motor de todas sus creaciones.
Escribe poesía y disfruta leyendo en vivo, convirtiendo el texto en sonido y en escena. En el último tiempo, la escuchamos leer en el ciclo Ruido de Palabras (Tigre) y antes en en La Biblioteca Popular La Calabria (San Isidro).
Red Timbó
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