LA PELÍCULA QUE YA VIMOS

En Sanfer dan películas para estar más vivxs que nunca. Pasá el dato, no te lo encanutes. Calle Lavalle, teatro Martinelli: cine gratis / en pantalla grande / y después, si te pinta / yunta y biri biri/.

Texto: Agustín Kazah / @agustinkazah

¡Epa, Epa, Epa!

¿Cómo te va, almita sensible del North Conurban? ¿Te has sentido golpeadx últimamente? No es para menos, debe ser duro descubrirse casta, ¿no? Pero, ¿sabés qué? Esto tarde o temprano iba a pasar, sí.

Fueron tantos años de privilegios, de ir al río a tomar mate y ver las flores pasar.

Todo concluye al fin, ahora hay que: tra-ba-jar.

Pero antes de que agarremos todxs juntxs la palita y nos desgarremos el esternocleidomastoideo de tanto laburar, quería ofrecerte una última aventurita para disfrutar, para saborear, para compartir.

¿Sabes de algún lugar mejor para el biri biri que un cineclub de barrio?

Sí. Esos espacios donde nos solemos juntar a reír, a llorar y ahora también a debatir sobre esto del poder, sobre las fuerzas del cielo. ¡Oh, my God!

¿Qué? ¿Escuché por ahí que no se puede mezclar arte y política? ¿Que esas cositas no está bueno hacerlas con “la tuya”? 

Bueno, ¿te digo algo? 

Hasta cuando pensás si ceder o no el asiento en el bondi estás haciendo política, porque la política atraviesa todos los vínculos con el otrx. Y ya sea con la tuya o con la mía, al final nos afecta a todxs.

Así es la vida, guachin, llena de contradicciones.

¿Alguien mencionó la vida? ¡Eso me recuerda algo importante! ¿Sabes para qué vamos al cine?

No. No es solo porque seamos unos jeropas, como dicen por ahí los médicos de la capocha, que nos llaman voyeurs, así nos dicen, seres que sentimos placer de observar a otros a escondidas.

Algunxs dicen que vamos al cine para evadirnos de la realidad, otros para sumergirnos en ella, pero, ¿querés saber por qué voy yo?

Voy al cine para no pensar en la muerte. 

Sí. Porque mientras estoy ahí, frente a la pantalla, siento que estoy más vivo que nunca. Porque a veces me canso de ser un chabón en búsqueda de sentido, de vivir intentando encontrarle la vuelta a todo, todo el tiempo.

Todo, todo el tiempo.

Entonces, es como si cada fotograma, cada diálogo, cada suspiro de los personajes me recordara que, aunque la muerte esté ahí, esperando al final de la sala, este viaje cinematográfico está valiendo la pena.

Y hablando de viajes, de salir del cine, ¿te pasó alguna vez que terminó la película pero sentías que la magia seguía? Es un estado singular ese, ¿no?

Salir del cine es como si estuviéramos suspendidos entre dos realidades: la ficción en la pantalla y la del mundo exterior. Un momento de transición, una extraña mezcla de emoción y melancolía, como si estuviéramos abandonando ese universo paralelo pero todavía nos resistiéramos a ello.

Salir del cine es mucho más que abandonar una sala oscura, es como despertar de un sueño, donde la realidad busca imponerse sobre la fantasía.

Al salir del cine ya no somos lxs mismxs que antes de entrar a la sala. 

Salir del cine es un acto de trascendencia.

Eu, ¿todavía estás ahí?

En fin, todo este existencialismo era para invitarte a nuestro cineclub de barrio.

Ese que sigue resistiendo, que sigue siendo gratuito (por ahora) todos los viernes, único cine en San Fernando. Porque en el Martinelli, cada viernes de tu vida, nos juntamos para resistir al individualismo, a los LiberRambos que nos habitan, al consumo empobrecedor (el de la imaginación) que nos ofrecen las plataformas.

Por eso nxs juntamos, a celebrar que estamos vivxs y que aún conservamos la política como herramienta para transformar la realidad. Porque al final del día, ¿qué es la política sino el arte de contar historias, de construir realidades, de imaginar nuevos mundos?

¡Ya sabés!

En marzo tenemos este ciclo de “cine político” que no te podés perder.

Le pusimos de título La película que ya vimos, porque, como dice aquel viejo refrán “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”, ¿te suena? 

Entonces, ¿qué mejor manera de conocer la propia historia que a través de nuestro cine? Ese espejo identitario que nos muestra quiénes somxs y quiénes podemos llegar a ser.

Bien, ahora sí.

Me despido, no sin antes desearte que tengas mucha vida para gozar de muchas películas, que en definitiva es lo único importante, y que el cineclub siga hasta abril para encontrarnos en un nuevo ciclo de comedias así distendemos un toque.

Te dejo un último spoiler, para que te relajes en tiempos de tanta tragedia: “No existe nada por fuera de la ficción”.

¿Y la vida? ¿Y la realidad? ¿Acaso la vida no es una sucesión de hechos imaginarios, donde la muerte cobra entidad solo por su posibilidad de ser narrada?

Chau, ¡nos vimo’!

Eso sí: en el cine.

PROGRAMACIÓN

Viernes 1 de marzo, 20h - “Puan”.

Viernes 8 de marzo, 20h - "Made in Argentina".

Viernes 15 de marzo 20h - "Rojo".

Viernes 22 de marzo, 20h - "El viaje".

 

Seguí la programación del año en @martinelliteatro

 

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ALGÚN DÍA HARÍA UNA PELÍCULA