Texto: Lourdes Tycholis
Fotografías: MODI
En Boulogne, atrás de un portón rojo ubicado sobre Godoy Cruz al 1857, reposa Estación 1857, la casa cultural autogestivx disidente, sede de la organización territorial La MODI (Movimiento Disidente de Zona Norte). Con la bandera LGBTTIQ+ colgada en la puerta como símbolo de visibilidad, el espacio busca interpelar a quien sea que pase por aquellas veredas. Por dentro, la casa parece ser testigo —y también el resultado— de los sueños que una vez un colectivo supo soñar. Sueños que escapan a la heteronorma y donde la felicidad no distingue género ni orientación sexual.
La MODI trabaja en los partidos de Vicente López y San Isidro aunque, cuando de tejer redes se trata, el activismo no conoce de fronteras locales. Hoy cuenta con 10 compañeres que, además, poseen el respaldo de toda una comunidad disidente barrial que se fue formando con el tiempo.
Entre pucho va y pucho viene, Santi, profesor de filosofía y marica orgullosa, y Aída, trabajadora cultural bisexual, ambes activistas del Movimiento, comentan sobre sus inicios, sus luchas y sus logros colectivos. “El primer afán fue encontrarnos”, dice Santi, recordando aquel día en 2018 cuando junto con su amigo John decidieron iniciar la agrupación. “Para mí, era salir a conocer chabones a Capital, ese era mi único contacto con los putos”, sostiene.
De repente, se dieron cuenta que a todes les pasaba lo mismo. Si eran vecines, si transitaban las mismas calles y si existían, ¿por qué no encontrarse? De ahí surgió la propuesta para los putos, las maricas, las tortas y cualquier identidad disidente que se animara a escapar de la norma conservadora que acecha al barrio. Después, con el tiempo, se fueron dando cuenta cuáles eran las problemáticas de la población que abundaban en el territorio.
A casi cinco años de activismo, la MODI realiza diferentes intervenciones y diversas propuestas en espacios de Zona Norte. Desde talleres en escuelas y jardines, charlas con docentes y alumnes, hasta capacitaciones en instituciones médicas y mateadas en las plazas. El movimiento llega con su bandera para reflexionar sobre la heterocisnorma y replantearse hasta la práctica más cotidiana, y, de esta forma, afirmar que las disidencias existen y se encuentran en el conurbano. “El cambio empieza a surgir desde la visibilización y, a partir de ahí, buscamos llevar las luchas”, expresa Aída.
A su vez, entendiendo las diferentes vulneraciones del barrio, que no atraviesan a todes por igual, la MODI busca brindar asistencia social para aquelles compañeres disidentes que lo necesitan. Ya sea con acompañamiento psicosocial, contención o reclamando la presencia del Estado a través de la articulación con los municipios, la orga se hace presente.
“Una vez por mes, tratamos de llevar a las mesas locales nuestras problemáticas y ahí obtener respuestas”, indica Aída. “La mayoría de las veces no son las respuestas que quisiéramos porque al ser partidos muy conservadores resulta difícil”. Sin embargo, también destaca que presentarse en esas mesas les permite visibilizarse como colectivo. “Existimos y estamos haciendo el trabajo que el municipio no hace”, denuncia.
Zona Norte, con sus ausencias, presencias y resistencias, aún es un espacio de lucha para poder ser nombrades. En este sentido, Santi afirma: “En Capital hay muchas más organizaciones, puntos de encuentro e instituciones a los que una persona disidente puede recurrir. Nosotres acá recién nos estamos visibilizando. Que te den bola y ocupar estos espacios todavía es muy difícil, y es algo bastante particular del territorio”.
En este sentido, Aída también remarca la importancia de verse reflejades con otres. Hurgando en su memoria, recuerda la felicidad que sintió al llegar a La MODI en 2019 y encontrar información que antes desconocía. “Me pude mencionar como persona bisexual, antes no sabía que me pasaba”, comenta. “Es por eso que trabajamos y militamos fuerte, porque queremos que la otra persona se sienta de la misma manera que nosotres lo hicimos”.
Pensar otra humanidad posible es tan urgente como deseable o —como bien dijo Santi, citando a la filósofa Judith Butler— es necesario “mejorar las condiciones de habitabilidad”. Y concluye: “Es muy importante sentirnos libres, poder hacer y desear para no vivir enclosetados”.
Para ponerte en contacto con La MODI, podés escribirles a través de sus redes sociales en Instagram o comunicarte vía mail. También podés acercarte a Estación 1857, porque tal como dijo Santi en diálogo con Timbó: “Siempre tenemos las puertas abiertas”.
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